
Se denominan colores
fríos a aquellos en cuya composición interviene el azul y
cálidos, a aquellos en los que intervienen el rojo y el amarillo. Esta consideración divide el círculo cromático en dos zonas, según ambas categorías. Los colores cálidos son estimulantes, alegres y excitantes; los colores fríos son tranquilos, sedantes.
No obstante, esta característica del color puede verse influenciada por otros colores que lo rodean, pudiendo variar su característica de frialdad o calidez. Por ejemplo, un color intermedio como el violeta nos parecerá más cálido sobre un fondo azul y más frío sobre un fondo magenta.